sábado, 9 de febrero de 2008

un árbol bello

Buenos días queridas tortugas:

Este sábado, con frío de viento, polvo de invierno y tareas de vida por realizar, les quiero contar de un árbol bello que habita en medio de un bosque de paz.

Una mañana de sol, desde lo alto, alguien observa las copas de quienes lo acompañaban, sin posibilidad de gestos o movimientos, quieto y sólido, con sólo cerrar sus ojos siente sus raíces llenas de recuerdos. Cual si fuera música la vida que corre por sus ramas, baila al ritmo de la naturaleza. Sus hojas le recuerdan que no está solo. Y entre todos son un mar. Se tocan bajo tierra, comparten alimento, se amigan y conservan su espacio propio.

Al árbol bello le gusta pensar y escuchar, afortunado él que no necesita hablar. Con sólo sentir se sabe él. Con sólo latir logra al bosque acariciar. Su misión es ser y junto al viento cantar. Por eso se mantiene erguido tantos metros, sin titubear. Lo sostiene su fuerza interna. Lo alimenta su carácter. Es vida y enseñanza de amor. Se brinda todo, te puedes acercar, sus frutos tomar, sus ramas trepar, su vista alcanzar, su melodía escuchar. Su presencia nada puede borrar y sólo paz trae al contemplar. Escucha todo y no sabe juzgar. Las huellas del tiempo dejan aros en su piel y, aún sacrificado, con calor generoso se da. Vive de historias y cuentos mágicos que transcurren mientras, sin poder ir a ninguna parte, se sabe al sentir.

No necesita huir, acudir ni llegar... siempre está. No sabe hablar porque todo él es verdad.


Y tú ¿quieres ser verdad?


Dichoso fin de semana!!

MAGIA, HAZAÑA Y LUZ PUEDEN VISITAR y RECIBIR.

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