Una vez llegó Paquito, curioso y bien intencionado, preguntó ¿cuál es tu secreto elefante? eres viejo, gordo, grande y puedes atravezar sobre la vara de bambú todos los días... ¿Cuál es el sentido de la vida? respóndeme tú elefante que cuando apareces en la vida de las personas nos enseñas tu carácter de excepción.
El elefante, sereno, calmo... aparentemente estoico e incansable, pesado, como bien decía Paquito, movió sus orejas y exclamó ¡aleteando como si fuera una mariposa! aprendí su secreto cuando en un largo viaje, por el desierto, ella fue mi compañera incansable y me decía ¡ánimo elefante! ¡sólo tienes que aletear como si fueras a volar! A la vez que sonreía con inmenso placer... y la vida, Paquito, se trata de ser feliz... sólo eso, aletear y ser feliz... todo lo demás se resuelve, se olvida y te hace más fuerte. Todo lo demás es puro entretenimiento para el tiempo atravezar.
Por eso el elefante siempre está de buen humor... porque siente cosquillas en sus orejas al aletear. Y, hedonista, vive con placer cada minuto que atravieza su tiempo al pasar.
El buen Paquito quedó un poco decepcionado, esperaba grandes lecciones y profundos consejos... lo que no veía era cuán inmenso misterio encierra la felicidad así como cuán arduo es desprenderte de todo lo que impide con el viento aletear. Y el reto es hacerlo con belleza, como descubrió nuestro elefante al tener a una mariposa como guía y amiga. Ya que gran parte del secreto se encuentra en quienes elegimos para acompañarnos.
Y tú ¿quieres aletear?
Hasta mañana y que, con magia de tortuga, esta semana les depare la resolución de asuntos y quehaceres.
El elefante, sereno, calmo... aparentemente estoico e incansable, pesado, como bien decía Paquito, movió sus orejas y exclamó ¡aleteando como si fuera una mariposa! aprendí su secreto cuando en un largo viaje, por el desierto, ella fue mi compañera incansable y me decía ¡ánimo elefante! ¡sólo tienes que aletear como si fueras a volar! A la vez que sonreía con inmenso placer... y la vida, Paquito, se trata de ser feliz... sólo eso, aletear y ser feliz... todo lo demás se resuelve, se olvida y te hace más fuerte. Todo lo demás es puro entretenimiento para el tiempo atravezar.
Por eso el elefante siempre está de buen humor... porque siente cosquillas en sus orejas al aletear. Y, hedonista, vive con placer cada minuto que atravieza su tiempo al pasar.
El buen Paquito quedó un poco decepcionado, esperaba grandes lecciones y profundos consejos... lo que no veía era cuán inmenso misterio encierra la felicidad así como cuán arduo es desprenderte de todo lo que impide con el viento aletear. Y el reto es hacerlo con belleza, como descubrió nuestro elefante al tener a una mariposa como guía y amiga. Ya que gran parte del secreto se encuentra en quienes elegimos para acompañarnos.
Y tú ¿quieres aletear?
Hasta mañana y que, con magia de tortuga, esta semana les depare la resolución de asuntos y quehaceres.
2 comentarios:
Hola, me encanta todo lo que hasta ahora he leido, Lo primero fue "La mariposa feliz" y a cada una de las lecturas le he encontrado algo útil para mi persona. Gracias por tus mensajes.
Muchas gracias cangura por acompañar estas letras.
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